Los fines de semana son pequeñas bolas de polvo de esas que encuentras detrás de las puertas, al menos en mi casa. Yo veo la bolilla y pienso "tengo que pasar la aspiradora sin falta", pero en seguida me digo "aunque antes habría que pasar el trapito y después ponerse con el suelo".
En dos minutos he sacado brillo mental hasta en los cantos superiores de las puertas del salón y saboreo el resto de mi tiempo con los pies en alto, el periódico edición dominical sobre las rodillas y los hielos de mi cocacolazero sonando en un vaso ancho.
La realidad, cabrona es, revolotea sin embargo sobre mi fin de semana y cuando abro los ojos he llegado tarde a comprar el periódico y mi nevera está vacía de refrescos. Pones un par de lavadoras y el lunes por la mañana pisas la bola de polvo de detrás de la puerta.
lunes, 4 de junio de 2007
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