miércoles, 28 de marzo de 2007

Pensamientos tóxicos

Ayer salí de trabajar unas seis horas más tarde de lo habitual, dinamitando la conciliación familiar y sacudiendo de ideas la cabeza para que me dejara de doler.

Estoy de cierre de la revista.
Pablo tiene baja médica por un problema en la rodilla que tiene forma de expediente equis y Bruno lleva dos días sin cole por otitis y laringitis.

Hoy he entrado antes de lo habitual, dinamintando la conciliación laboral y después de compartir con Bruno un buen rato de la madrugada. Le ha despertado la fiebre a las tres de la mañana con un humor excelente. Hemos jugado un rato mientras le cambiaba el pijama, empapado de grados de más. Pensaba en lo mucho que me gustaría quedarme con él todo el día. Pensaba pensamientos tóxicos de los que me hacen odiar la oficina y blasfemar sobre los atascos de más de tres minutos.

Pero he terminado de abotonar el pijama de Bruno, he juntado mi nariz con la suya y me he quitado de encima tanto desasosiego para poder dormir un ratito.

lunes, 26 de marzo de 2007

Primaveral estoy

Hoy me pongo en plural.

viernes, 23 de marzo de 2007

... París

Decir que París me gustó es decir que derribar las Torres Gemelas fue de mala educación. Describir lo que vi tampoco tiene mucho sentido. Contaros que París es muy bonito me sabe a consomé sin sal. Pero el caso es que París me gustó. Es muy bonito.

Me impresionó que un lugar que he visto tantas veces en fotos, en pelis, en libros y en las historias de la gente no me defraudara en absoluto. El color de las calles es distinto al de cualquier otra ciudad. Cuando descubres los tejados de París da un poco de vergüenza porque te das cuenta de las veces que has visto copias malas en la calle Serrano, en San Sebastián, en San Petersburgo y en el Soho.

Subí a la Eiffel porque todo el mundo me gritaba que debía hacerlo, incluyendo las voces más roncas de mi cabeza, así que sepulté la cabeza en el hombro de Pablo para el tramo final de la torre y lloré con alevosía hasta que se detuvo el ascensor. Mereció tanto la pena que al volver me envalentoné y abrí los ojos en la bajada. Eso también valió la pena.

Comimos quiche cerca del Sena y bebimos burdeos en el barrio latino, a cinco con ochenta la copa. Pasamos mucho frío y bastante lluvia. Sufrimos todo lo que se puede sufrir con una compañía aérea de bajo coste. A la ida y a la vuelta. Pero me pareció que dormir tumbada en una butaca de aeropuerto es algo que uno tiene que hacer por lo menos una vez en la vida.

Los parisinos, bien. Camareros amables y peatones sonrientes dinamitaron mis prejuicios en un periquete. Pablo se enamoraba un poco de las parisinas con melena lacia, yo me quedaba mirando a los mulatos con el pelo disparado en Montmartre. Los dos caímos rendidos del Museo d'Orsay, porque es un edificio brutalmente bonito y porque subes a la quinta planta y te encuentras ala pum con los pasteles de Degas, con cuadros de Van Gogh, con ventanas abiertas al otro lado del río.

El caso es que París me gustó. Es muy bonito.

martes, 20 de marzo de 2007

La touriste

Dos días en París, y dos noches, han bastado.
Rien ne va plus. Esta touriste quiere quedarse ahí para siempre.
Ahí van las fotos.


sábado, 17 de marzo de 2007

París directo

El viaje empezo en la terraza del hotel de colores en Madrid, anoche. Hoy estoy en Montmartre con Pablo, esperando a que preparen nuestra habitacion. Ya hemos paseado. Hace frio. Todo es mas parisino de lo que me esperaba. Me gustan las casas y la gente que va sonriendo por la calle. En este barrio hay muchos ninios y pocos perros. Hay un monton de pastelerias, chocolaterias, floristerias y cafes. Hemos practicado el brunch y ahora volvemos a la cultura ultrameditarrenea para la siesta. Aun me quedan mas de 300 fotos en la tarjeta, tout va bien.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Doble nudo

Yo estoy en el medio de las dos vidas laborales que imagino. En una, progreso adecuadamente en mi carrera. A veces necesito mejorar, a veces destaco, generalmente todo va igual. Curro y me invento proyectos, planeo dar un salto a mi propia empresa o agarrarme más fuerte a la silla, pero el caso es seguir olfateando alguna meta de esas que te hacen millonaria en tu cabeza, terriblemente poderosa (con risa malévola para rematar el conjunto) o simplemente satisfecha.

Conocí a una chica que con 18 años se veía en un futuro caminando por la calle con un montón de bolsas en la mano y una pamela en la cabeza. Y lo decía completamente en serio. Esa imagen se me ha quedado grabada en el disco duro de los momentos surrealistas. Yo me imagino casi igual que ahora y sin pamela. Con más paciencia, con más contactos de trabajo, con más argumentos, con más experiencia. En una de mis vidas laborales imaginadas eso se alcanza siendo rápida, aprendiendo muy deprisa, internándome en mundos que me interesan menos pero me aportan más y utilizando palabras en inglés con más frecuencia de lo necesario.

En la otra vida posible, eso da igual. En la otra vida yo lo que quiero es improvisar. Saber que, si quiero y queremos todos, nuestra casa puede estar en San Lorenzo o en Punta del Este. Que soy periodista aquí pero también puedo ser escritora en Cádiz, traductora en Chicutimi y consultora de comunicación en Florencia. En la otra vida caben más vidas porque nada está atado con doble nudo y lo importante es estar juntos en un sitio que nos deja estar juntos.

A veces me pregunto por qué no estoy instalada en la feliz inestabilidad de la segunda vida. Veo todas y cada una de mis responsabilidades, veo la hipoteca, las facturas, el coche en el taller, las comisiones, el seguro, la visa, la conexión adsl. Veo el doble nudo. Y tengo unas ganas irresistibles de deshacerlo despacito.

martes, 13 de marzo de 2007

Tiene nombre de lumi rusa

El monte Abantos antes de que terminen de cubrirlo de casas.
El camino al cole de Bruno que parece San Francisco pero es San Lorenzo.
El nuevo chichón en la frente de Bruno.
Mis telas de japonesas.
Pablo muy concentrado.
La comida en Bento.
Flores muy de cerca.
El adorno de navidad en rebajas que compré hace un mes.
La humedad en la pared de mi armario para que la vea el presidente.
Bimba, la nueva perra de la Mountain Family.
París.

Hay muchas cosas a las que tengo que hacerles una foto. Por eso me compré esta cámara.

viernes, 9 de marzo de 2007

Y no doy más títulos porque se me olvida todo

Leo Elle todos los meses. Me he suscrito a la extraña y loca edición francesa de Marie Claire Idées. Los Yo Dona se acumulan en casa. Leo El País. Los salmón en la ofi. Leo Living siempre que Nick alguien me lo trae de sus exóticos viajes por BushLand. Leo las espantosas y crueles novelas de Chuck Palahniuk. En mi último pedido a Amazon hay un libro de educación infantil (1-2-3 Magic) y un cuento para Bruno. Leo muchas cosas de Paul Auster. Acabo de terminar Crimen y Castigo. Y ayer me hice con el último de Almudena Grandes. No me llaman ambivalente por nada, sabes.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Caché

Me senté al lado del tipo moreno con edad indeterminada. En la sala ya había unas cinco personas. Eran las siete en punto de la mañana y el impacto del madrugón no me dejó sentir los nervios del verdadero primer día de curro. Aún tengo el cuaderno en el que apuntaba lo que el hombre me iba diciendo, mostrándome en el Mac la página de text edit sobre la que estaba volcando el contenido entero del periódico. Febrero. 1999. < a href> < docs>. Secciones. FTP.

Después llegaron los rudimentos del Page Mill, cagarla al subir las páginas al servidor ("¿quién tiene sociedad? ¿quién coño ha cogido sociedad y no lo ha dicho?"), un curso tardío de dreamweaver, el colega que se sienta a mi lado un momento para contarme que el flash lo va a revolucionar todo (cierto) y el froggle también (en fin), el web mail que amplía su capacidad, los chicos de infografía que desembarcan, la estúpida alegría por entender el código, el peso de las fotos que ya no importa tanto, los vídeos, ¿qué es el streaming? y la ejecutiva que pregunta "si vas a coger las imágenes de mi web ¿qué haré para rellenar los agujeros?", la nochevieja más geek de mi vida, los mails de los amigos, mi blog que se queda en la caché, los chats con las compañeras de turno (de tarde), el icono de la carpeta azul.

Si no lo has visto donde Juan, yo te lo pongo.

lunes, 5 de marzo de 2007

Lima y esmalte

Uno de los primeros blogs que leí en mi vida sigue abierto. Cuando me enganché de verdad a las páginas personales escribí sobre ello en el periódico. Empecé el texto con un entrecomillado de ese primer blog, que venía a decir: "Hoy me he pintado las uñas de rojo. No hacía eso desde los años 70". Yo me pinté las uñas el sábado por la noche. Viendo a Marlon Brando en 'La ley del silencio'. Qué película más inquietante y estupenda. Qué ojos más raros tenía Brando. Él acompañaba a Eve Marie Saint a casa y yo me ponía una segunda capa color vino picado en las uñas.

Hacía un año que no me pintaba las uñas. O más. Cuando nació Bruno las tenía siempre cortas, limaditas y suaves como las de una intelectual. Tenía miedo de arañarle si me dejaba garras de famfatal. Una de tantas decisiones que me han seguido hasta aquí, hasta este rincón en el que de pronto descubro que ya no voy al cine, ya no escucho música en casa, ya no tomó café con casi nadie, ya no me pinto las uñas.

Así que dejé que Marlon Brando se debatiera a saco sobre la conveniencia de denunciar a todos los malones y saqué el esmalte marca porqueyolovalgo. El día menos pensado tiro el rimel seco a la basura y me compro uno nuevo.

jueves, 1 de marzo de 2007

Balanza

Así, que recuerde en este momento:

Me gusta

- la nutella

- coser

- trabajar y reirme al mismo tiempo

- la letra arial, cuerpo doce

- la gente que sonríe demasiado

- llevar puesta ropa de colores

- llevar puesta ropa negra

- tener tiempo


Pero no

- que en el bus se sienten al lado de la ventana y llenen el asiento contiguo con bolsos, bolsas, carpetas y cara de mala hostia

- tener frío

- madrugar muchísimo

- el olor a humedad

- en general, los bolsos que están de moda desde hace unos dos años

- las madres competitivas con sus churumbeles

- los tacones al final del día

- las teles y radios mal sintonizadas

- no tener tiempo

- que me insistan