jueves, 28 de junio de 2007

Fête(n)

Kurt y yo comentamos mucho muchas cosas, y una de ellas es que Juan es cantidad de glamouroso. Y como además es un encanto, si te invita a una fiesta por su 40 cumpleaños pues vas y ni te planteas otra cosa.

Yo me esperaba algunas cosas del evento. Esperaba encontrarme con gente que hace tiempo que no veo y que siempre me da alegría, porque son un atajo de personas que consiguen hacerme reir en cuestión de minutos y eso es estupendo para la gimnasia facial. Esperaba encontrar un local chulo y asuntos ricos de comer. Esperaba musicón, algún cóctel.

Y esto es lo que me encontré: Dos puertas grandes y negras en mitad de una de esas calles terriblemente residenciales del Viso, donde se oye copular a los gatos pero no hay rumor de fiesta por ninguna parte. Llamas al timbre y te hacen pasar a un local mágico donde Juan como siempre sonríe un montón y tú dices ay qué bien todo, y lo piensas. El sitio es alargado, tiene hortensias, cuadros de todos los tamaños, sillas de enea, un tablao, camareros de catering con camisetas negras, amiguetes, desconocidos, buen rollo, sushi y una chica rubia que se gira y dice tu debes ser uma.

Y así nos instalamos Pablo y yo en la tribu que lideraba Dwalks (en altura y capacidad de entretenimiento) y que integraban unos estupendos extraños que iban dándote sus nombres interneteros y se convertían en primos segundos en cuestión de segundos. Un placer conocer a Cranston, Hans, QuietaLeona, la Chica Química y compartir esa riada de gintonys con La Mujer Tirita. Merci pour la fête. Feliz verano a todos.

Mañana os cuento mis novedades mundiales.

lunes, 25 de junio de 2007

Cóctel de gambas

- Dos semanitas en un apartamento del Alto Ampurdán.
- Un niño entusiasta con la actividad del cuarto de baño.
- Un curso de natación.
- Un horario de verano con las horas contadas.
- Unas primeras vacaciones playeras.
- Un proyecto tan nuevo entre las manos, que aún está tirante.
- Crema de sol que no pringa y en spray.
- Melón sin jamón pero con gazpacho.
- El maldito bikini.

miércoles, 20 de junio de 2007

Regálame un par de días, o tres horitas

Podría volverme loca, estirar el límite de la tarjeta de crédito y dibujar una frontera de chicle en mi cabeza, comprarme todos los caprichos que se me ocurran, apuntar a Bruno a clases de tai-chi tirolés con feng shui basado en los colores del cristal de Swarovski. Podría llevarme los zapatos Bally más caros y lustrosos de Bally para que Pablo baile en salones de parqué. Hacerme la pedicura en el Lab Room. Todos los días. Podría dormir en suites de hoteles de Kenia y comprarme un vestido de Missoni para ir a la fiesta de Juan este viernes. Podría entregarme a todos esos placeres y seguiría sin tener sensación de poderío porque, por más que le doy vueltas, el único lujo que me hace suspirar es el tiempo.

lunes, 18 de junio de 2007

Un rato en Barcelona

alley


Las aceras estaban pegajosas y la plaza donde viví quince días parecía otra vez a punto de derretirse. Con un ramillete de horas libres me fui corriendo hacia el Born, previo paso por la Sagrada Familia. Seguía andamiada. Seguí sin entrar.
Comí mal.
Me perdí.
Me reorienté en el metro.
Me encontré en casa otra vez.
Las aceras estaban menos pegajosas en el Born. El mar olía a mar catalán, que significa mal y bien y sobre todo pegajoso.
El avión me devolvió a casa con mucho retraso.

Siempre, siempre es un placer volver a Barcelona. Aunque sea un rato.

martes, 12 de junio de 2007

Una de las dos te helará el corazón

Anoche lloré un poco mientras terminaba la última novela de Almudena Grandes. No es 'Los Aires Difíciles', claro, eso me lo esperaba, pero ha sido un placer leerme las casimil páginas de 'El Corazón Helado'. Y además es que yo lloro en seguida.

Una de las dos Españas te helará el corazón. Pienso en el corazón del abuelo de Pau. En el de Juan Francisco, el profe. En el de mi abuela Rosa. En el del tío de Marcos. Pienso en los que fueron niños de la guerra y al ir a ver el documental de Rusia, hablaban con la pantalla. "¡Ese es Carlitos! Mira la Encarna como iba...". Los ancianos que se revolvían en la primera fila mientras sus amigos circulaban en blanco y negro y sepia. Pensaba en dónde estás tú y dónde me sitúo yo. Los bandos. Las fosas comunes. Las historias tan negras que no se ven.

Pablo se metió en la cama poco después que yo y al principio no dijo nada, pero después sonrió y susurró "no llores de emoción, tontita". Y él no me entendió, porque yo ya lloraba un poco más que al principio, así que lo tuve que repetir: "si es que no estoy leyendo la novela, estoy leyendo los agradecimientos de la autora".

lunes, 11 de junio de 2007

Elefante repeinado

El curso va terminando y el viernes en la guardería escuela infantil celebraron una fiesta con barbacoa, gente en zancos y música. Bruno se gradúa de segundo de plastilina y yo me doy cuenta de que no han parado en todo el año. Manos arriba, no pares de modelar, pintar, pegar, cortar, apretar. Han hecho animales con yogures, autobuses con cajas de neveras, buzones, carpetas, arreglos florales con hueveras. Se han vestido de otoño y de primavera, de saltimbanquis, de domadores y de leones.

Por eso no me sorprendió ver el otro día una nota pegada en la puerta de su clase. "A la fiesta de fin de curso los niños irán vestidos de elefantes". Pensé en la máscara que tenía mi hermana pero no me dio tiempo a encontrarla. Pensé en fabricar algo y no me llegaban las ideas. Bajé al chino y compré una diadema ancha y papel pinocho gris oscuro, un poco brillante, para hacer las orejas. Pensé que esa noche podría coser un elefante a una camiseta antigua y apañar el look.

Al día siguiente ya estábamos en el día menos uno y lo único que había sobre mi mesa era una diadema y una rollo de papel pinocho gris elefante. Fui a recoger a Bruno y había otra nota en la puerta, recordándonos que la fiesta sería en el jardín, con una barbacoa, con titiriteros y música. Y la nota nos recordaba que todos los niños debían ir "vestidos elegantes".

jueves, 7 de junio de 2007

El niño y la catorceañera. Ensayos en la cocina.



En esta familia no suele faltar la música en directo. Y algunos vamos sobrados de actitud. En la imagen, mi móvil venido a más con mi cámara venida a menos capta un momento en la cocina de la Mountain Family donde Big M. enseña a su primo a tocar la guitarra electrónica. A esta familia le molan un montón los gadgets. Y las camisetas azules.

martes, 5 de junio de 2007

Second chance


No, en serio, lo de Second Life no lo entiendo. No me gusta, no me seduce, no es mi rollo aunque pensé que podría serlo. Los Sims, sí. Foros de internet, claro. Puntos de encuentro, portales para conocerse, estrategias empresariales arrollando la Red, por supuesto. Pero esto de Second Life no me lo explico.

lunes, 4 de junio de 2007

Más fin que semana

Los fines de semana son pequeñas bolas de polvo de esas que encuentras detrás de las puertas, al menos en mi casa. Yo veo la bolilla y pienso "tengo que pasar la aspiradora sin falta", pero en seguida me digo "aunque antes habría que pasar el trapito y después ponerse con el suelo".

En dos minutos he sacado brillo mental hasta en los cantos superiores de las puertas del salón y saboreo el resto de mi tiempo con los pies en alto, el periódico edición dominical sobre las rodillas y los hielos de mi cocacolazero sonando en un vaso ancho.

La realidad, cabrona es, revolotea sin embargo sobre mi fin de semana y cuando abro los ojos he llegado tarde a comprar el periódico y mi nevera está vacía de refrescos. Pones un par de lavadoras y el lunes por la mañana pisas la bola de polvo de detrás de la puerta.