martes, 26 de diciembre de 2006

United Christmas of Flickr


Una de las cosas que más me engancha de Flickr son las ideas que se van desparramando por los grupos. Como ésta, que terminó ayer, claro.

domingo, 24 de diciembre de 2006

Otra parte

Odiar la navidad es totalmente tendencia. En mi caso, soy fan de las de club, pero el grado de entusiasmo varía de año en año. Ahora que tengo casi todos los regalitos envueltos y que ayer escogí con Bruno su triciclo, estoy lista para el tres y acción de polvorones, carnes rellenas, tiras de celo y atascos hacia Madrid.

Esta mañana, paseando por Flickr, me he encontrado una foto que me ha llevado directamente a otra parte. La navidad es pasar directamente a otra parte. A un sitio donde, como aquí, casi casi ves las hadas. Toma. Feliz Navidad.

Diga 33


Sepa que ésa es mi nueva edad desde el viernes pasado.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Yo marco el minuto (en queriendo tó se puede)

Me encanta perder el tiempo sin pensar en nada, pero cuando pienso que estoy en un sitio indebido, perdiendo el tiempo, me acelero. Cómo odio sentir que alguien está disponiendo de mi tiempo. Qué soberbia soy cuando se trata de mis minutos, mis horas, mis segundos.

Vivo pegada a un cronómetro la mayor parte del día. Me levanto a las 6.15 am. Vuelvo a casa en el autobús de las 17.15 pm. Como en 35 minutos. Salgo a las 16.30 pm. En punto.

No soporto saber que voy a llegar tarde. Me bloqueo, no completo las frases, es horrible. Lo mismo pasa con mis horas de sueño. Necesito dormir. A veces pienso que necesito dormir más que otras personas. A veces también se me ocurre que llevo dos años con la cuenta de sueño en números rojos. El lujo en mi cabeza se define con más horas de sueño y poder llegar tarde a cualquier parte. Lo dije el otro día, yo por Navidad me pido tiempo del bueno.

lunes, 18 de diciembre de 2006

El sol en la cocina

A Bruno le encantan los cereales. Sobre todo los Cheerios. A mí me encanta mirarle y descubrir que el sol de la mañana es más bonito aún en la cocina nueva. Junto a Bruno, en posición contemplativa de techo, está Teo, su nuevo compañero. Detrás, la poción mágica en un biberón. Al fondo, además de una ventana sucia, la thermomix desmontada (usea en uso, comme il faut).

Fresculis

Por la mañana, todo depende de los minutos pequeños. Dos hacia delante y se te quema el café. Tres hacia atrás y te puedes poner acondicionador después del champú. Hoy, tres hacia delante querían decir el bus de y diez. Eso no altera la hora de llegada a la agencia, ni la ruta, ni el atasco de la carreteradelacoruña. 'Eso' sólo quiere decir que te toca el autobús extraño, el que parece que tiene calefacción pero en realidad te somete a una tortura de aire permanentemente dirigido a órganos vitales y a una temperatura imposible de definir por la que bajas del bus con cara de mala hostia y los pies completamente helados. Si cometiste el error de quitarte el abrigo, entonces bajas buscando un respiradero del metro para quedarte encima y aspirar el aire microcalentado de los vagones. Fresculis es como Pablo llama a los minutos pequeños de infratemperaturas.

Motivos para el estrés de hoy:

* Faltan muchos regalos por comprar. Muchos.

* Me temo que ambivalence está verdaderamente en vías de desaparición, al menos tal y como es.

* No se me ha quitado el frío en los pies. Mantengo la esperanza.

En la imagen, reproducción peluchística del streptococo común, típico de los días invernales.

viernes, 15 de diciembre de 2006

La cotorra sale de la jaula

Soy una cotorra. En Internet parloteo más en inglés (aquí) pero me he cargado el blog temporalmente, así que salgo de la anglojaula y os cuento. De paso pruebo el beta de Blogger.

Yo no sé si este ambivalence a la hispana tiene mucho futuro, porque ya llevo años con el otro, y de pronto fulminarme a los lectores en inglés me parece un poco nazi. He visto montones de blogs nuevecitos que se aturullan y se quedan en suspenso después de un par de meses, así que a este no le doy mucho más. Yo misma ya me he cargado varios. Una vez hasta me abrí uno de esos de Microsoft, más que nada por hacer de betatester para Oscar, que curra allí.

A la cotorra se le está haciendo muy raro hablar en español. Pero ahora me siento liberada porque puedo hablar de más cosas, como las elecciones de armario de Elsa Pakita o por qué el libro de Ruiz Zafón me pareció poco apropiado para adultos. A los bloggers del norte de Inglaterra y del este de Wisconsin no les gusta debatir conmigo la conveniencia de una segunda temporada de Mujeres en La 2. Es lo que hay.

Yo empecé a escribir en inglés por varias razones. Quería ser un poco anónima, aunque eso quedó en nada (lo único que no veis es mi nombre real) y quería, precisamente, no resultar demasiado local. Un blog que llegara a más gente. Ya sé lo del número de hispanohablantes y tal, pero es que también me gusta la idea de crear mi otro yo en otro idioma. Vamos viendo.

Esta Navidad la cotorra quiere: más tiempo para estar con mi hijo, más tiempo para disfrutar la vida con mi chico, más tiempo para ver a mis colegas, más tiempo para cocinar y para coser camisetas, más tiempo para escribir y dibujar, y mucho más tiempo para dormir. También quiere un bote de colonia nuevo, que se le ha acabado el suyo y la cotorra tiene que oler a cocochanel para ser ella misma. De la lista de los demás ya he tachado algunos regalos, pero aún quedan tiendas por pisar. Buscaré tiempo.