
Hacía un año que no me pintaba las uñas. O más. Cuando nació Bruno las tenía siempre cortas, limaditas y suaves como las de una intelectual. Tenía miedo de arañarle si me dejaba garras de famfatal. Una de tantas decisiones que me han seguido hasta aquí, hasta este rincón en el que de pronto descubro que ya no voy al cine, ya no escucho música en casa, ya no tomó café con casi nadie, ya no me pinto las uñas.
Así que dejé que Marlon Brando se debatiera a saco sobre la conveniencia de denunciar a todos los malones y saqué el esmalte marca porqueyolovalgo. El día menos pensado tiro el rimel seco a la basura y me compro uno nuevo.
1 comentario:
Que ya no escuchas musica en casa? No me lo puedo creer. Tu casa siempre ha sido sinonimo de musica...
:miedo: emoticon de los chats del mundo.es, ese con los ojos que salen de sus orbitos, ya sabes exactamente a cual me refiero!
Publicar un comentario